miércoles, 30 de noviembre de 2011

Expulsión de inmigrantes peruanos en Chile


Hace unos días el candidato a diputado (UDI) por Santiago, Cristian Espejo, ha manifestado su interés en la necesidad de deportar a los peruanos que residan en Chile en forma ilegal. Sobre la base de estas declaraciones quiero manifestar mi más enérgico rechazo a semejante propuesta, toda vez que no se puede intentar estigmatizar a un sector de la sociedad.

Según Cristian Espejo, esta situación no se produce con otras migraciones y asegura que muchos peruanos lideran bandas para cometer delitos como clonación de tarjetas, fraudes por Internet, etc.

El Estado tiene elementos para exigir responsabilidades penales o también puede expulsar del país, pero otra cosa es querer asociar a la inmigración ilegal con la comisión de delitos. Ahí está el error del candidato UDI, al pensar que se ha transformado “en una mala migración”, porque ésta se ha desbordado.

No es aceptable instalar en la discusión pública la idea de que la inmigración ilegal está vinculada al delito y esa afirmación encierra una gravedad extrema, porque claramente trae a la memoria la política de criminalización que se ha realizado en los Estados Unidos con la inmigración ilegal o la idea de construir un muro en la frontera con México.

En Chile, hay aproximadamente 83 mil peruanos de los cuales el 65% son mujeres según cifras de INCAMI, no sé cuántos son ilegales, pero sé una cosa. Todos ellos, realizan un aporte al crecimiento económico de nuestro país, con su trabajo ayudan en la construcción de viviendas, cuidan a los hijos de muchos, han contribuido de manera significativa al aumento del consumo interno, sin mencionar las remesas de dinero a su país, realizan llamadas internacionales, y podríamos seguir con la lista. 

Los inmigrantes y particularmente los ilegales se exponen a prácticas abusivas de algunos empleadores inescrupulosos que les pagan sueldos inhumanos, con extensas jornadas laborales y un tiempo reducido para colación, sin nombrar las condiciones precarias de trabajo.  Muchos ilegales no pueden regularizar su situación, precisamente porque sus empleadores no les hacen contrato, generando así un círculo vicioso.

La migración de hoy va de la mano con la globalización, querer negar ello es tapar el sol con un dedo.

Por ello es que resulta un tanto liviana la propuesta del candidato de la UDI, que en su petición se asemeja a la de los neo conservadores de George W. Bush. Y creo que todos sabemos algo de esa gestión.

Carlos Alvear.

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